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"Ave Maria, cheia de graça, o Senhor é convosco. Bendita sois vós entre as mulheres, e bendito é o fruto do vosso ventre, Jesus. Santa Maria, Mãe de Deus, rogai por nós, pecadores, agora e na hora da nossa morte. Amém."

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quinta-feira, 28 de junho de 2018

Amizade com Cristo


Amizade com Cristo


Quero vos dizer como eu O conheci. 
Havia sempre ouvido falar d'Ele, mas não Lhe fazia caso. 
Mandava-me todo dia presentes, mas eu nunca Lhe agradecia. 
Me pareceu mais de uma vez que desejasse a minha amizade, mas eu permanecia frio. 
Eu estava sem casa, e desgraçado, e faminto, e a todo momento em perigo; 
e Ele me oferecia acolhida, comodidades, comida, segurança; mas eu Lhe era ingrato do mesmo jeito.
Enfim, Ele cruzou a minha estrada, e, com lágrimas aos olhos procurou dizer-me: vem ficar comigo.

Quero dizer-vos como agora me trata. 

Preenche todas as minhas necessidades.
Me dá mais do que ouso pedir. 
Antecipa tudo o que necessito.
Me suplica de pedir sempre mais.
Nunca Se lembra de minha ingratidão passada. 
Nunca me rejeita por minhas passadas loucuras.

Quero dizer-vos também o que eu penso d'Ele.

Ele é tão bom quanto é grande.
O Seu amor é tão vivo quanto verdadeiro.
É tão pródigo em Suas promessas, como é fiel em mantê-las. 
É ciumento do meu amor o quanto O merece. 
Eu sou em cada coisa Seu devedor, mas Ele me ordena de chamá-Lo de Amigo. 

Mas se desejamos conhecê-Lo através de Suas próprias expressões, e não das nossas, somos obrigados a examiná-Lo sob todas aquelas forma que escolheu  para Se nos manifestar. Não basta dizer: "Interiormente, Ele é meu Amigo, portanto não preciso de mais nada". Não é amizade leal, por exemplo, repudiar a Igreja ou os Sacramentos, como coisas supérfluas, sem antes indagar se Ele instituiu ou não estas coisas como meios pelos quais estabelece Se aproximar de nós. E, particularmente, se deve ter presente que no SS. Sacramento Ele nos traz tantos dons aos quais de outra forma não teríamos direito. Ele aproxima e une a nós não apenas a Sua Divindade, mas aquela mesma amável e adorável Natureza Humana que para tal finalidade assumiu na Terra.

Robert Hugh Benson

quinta-feira, 8 de dezembro de 2016

ORACION POR LA INOCENCIA DE LOS NIÑOS



EN ESTOS TIEMPOS, MAS QUE NUNCA, DEBEMOS PEDIR POR ELLOS

ORACIÓN PARA OBTENER LA PRESERVACIÓN DE LA INOCENCIA DE LOS NIÑOS Y SU PERSEVERANCIA PERPETUA EN EL BIEN

Virgen Santísima, llena de gracia, Tú que has sido acepta al Señor, dígnate bajar tus ojos llenos de dulzura hacia los hijos de los hombres de los cuáles la Sabiduría Eterna ha dicho que encuentra sus delicias en hacer de ellos su morada; pero mirad más especialmente la edad tierna, que está expuesta hoy más de lo que nunca antes lo fue, a las acechanzas de este mundo. El dragón apocalíptico no quiere dejar sobrevivir nada en el mundo de lo que todavía lleva o que pudiera llevar aún el nombre de Dios; y quisiera corromper la inocencia de las almas infantiles para así volver estéril en ellas toda tendencia hacia Dios. Tú que siempre has mostrado una predilección tan singular por los niños, no permitas que el torrente de iniquidad e impiedad que hoy inunda la tierra, vaya a corromper de manera irreparable las tan excelentes disposiciones de sus almas. Acuérdate que ellas son tu herencia, de todas, la más amada y que ellas en el Calvario, en unión con tu Divino Hijo, te han costado un precio muy alto. Que tu Corazón Inmaculado acepte el tomarlos bajo su patrocinio; los confirme en la inocencia y sobre todo en la humildad; que Él se vuelva su refugio y providencia, les obtenga las divinas gracias, especialmente la de la fidelidad a la Verdad Divina, y haga que a imagen suya, el fuego que encienda en sus corazones no se apague ni se manche nunca jamás. Amén.

Nuestra Señora de Guadalupe: 
¡preserva a los niños!
¡santifica a los niños !
¡salva a los niños !

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sábado, 14 de setembro de 2013

A Cruz: Escada para o Paraíso

El salvador levantó la voz y dijo, con incomparable majestad:

"¡Conozcan todos que la gracia sigue a la tribulación. Sepan que sin el peso de las aflicciones no se llega al colmo de la gracia. Comprendan que, conforme al acrecentamiento de los trabajos, se aumenta juntamente la medida de los carismas. Que nadie se engañe: esta es la única verdadera escala del paraíso, y fuera de la cruz no hay camino por donde se pueda subir al cielo!"

Oídas estas palabras, me sobrevino un impetu poderoso de ponerme en medio de la plaza para gritar con grandes clamores, diciendo a todas las personas, de cualquier edad, sexo, estado y condición que fuesen: 


"Oíd pueblos, oíd, todo género de gentes: de parte de Cristo y con palabras tomadas de su misma boca, yo os aviso: Que no se adquiere gracia sin padecer aflicciones; hay necesidad de trabajos y más trabajos, para conseguir la participación íntima de la divina naturaleza, la gloria de los hijos de Dios y la perfecta hermosura del alma."

Este mismo estímulo me impulsaba impetuosamente a predicar la hermosura de la divina gracia, me angustiaba y me hacía sudar y anhelar. Me parecía que ya no podía el alma detenerse en la cárcel del cuerpo, sino que se había de romper la prisión y, libre y sola, con más agilidad se había de ir por el mundo, dando voces: 


"¡Oh, si conociesen los mortales qué gran cosa es la gracia, qué hermosa, qué noble, qué preciosa, cuántas riquezas esconde en sí, cuántos tesoros, cuántos júbilos y delicias! Sin duda emplearían toda su diligencia, afanes y desvelos en buscar penas y aflicciones; andarían todos por el mundo en busca de molestias, enfermedades y tormentos, en vez de aventuras, por conseguir el tesoro último de la constancia en el sufrimiento. Nadie se quejaría de la cruz ni de los trabajos que le caen en suerte,si conocieran las balanzas donde se pesan para repartir-los entre los hombres."

Dos escritos de Santa Rosa de Lima

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quinta-feira, 5 de setembro de 2013

Novena pela Exaltação da Santa Cruz - a traduzir

Novena pela Exaltação da Santa Cruz

de 5 a 13 de setembro




EM INGLÊS

 O Jesus, Who by reason of Thy burning love for us
hast willed to be crucified
and to shed Thy Most Precious Blood
for the redemption and salvation of our souls,
look down upon us here gathered together
in remembrance of Thy most sorrowful Passion and Death,
and grant the petition we ask for

...( mention here)

Fully trusting in Thy mercy;
cleanse us from sin by Thy grace,
sanctify our toil,
give unto us and unto all those who are dear to us our daily bread,
sweeten our sufferings,
bless our families,
and to the nations so sorely afflicted, grant Thy peace,
which is the only true peace,
so that by obeying Thy commandments
we may come at last to the glory of Heaven.
Amen.







Para marcar os dias:


05/09
06/09
07/09
08/09
09/09
10/09
11/09
12/09
13/09










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quinta-feira, 28 de março de 2013

Prière à Saint Joseph

 Prière à Saint Joseph


Ô vous que l'on a jamais invoqué en vain,
vous qui êtes si puissant auprès de Dieu que l'on a pu dire
"au Ciel, Joseph commande plutôt qu'il ne supplie",
tendre père, priez pour nous Jésus.

Soyez notre avocat auprès de ce divin Fils
dont vous avez été ici-bas le père nourricier et le protecteur fidèle.
Ajoutez à toutes vos gloires
celle de gagner la
cause difficile
que nous vous confions.

Nous croyons, oui nous croyons que vous pouvez exaucer notre demande
en nous délivrant des peines qui nous accablent.
Nous avons la ferme confiance que vous ne négligerez rien
en faveur des affligés qui vous implorent.
Nous vous en supplions, ô bon Joseph, ayez pitié de nos larmes et de nos gémissements.
Couvrez-nous du manteau de vos miséricordes et bénissez-nous.
Ainsi soit-il 

*

terça-feira, 26 de março de 2013

O SINAL DA CRUZ

Pode ser que um dia eu traduza, mas é mais bonito em Espanhol!

La señal de la cruz


En mi infancia, selva de luz intensa, para mí la religión era la señal de la cruz. Y el ángel de la guarda omnipresente. Y mi mamá del cielo. Y las restallantes jaculatorias de mi abuela materna, engarzadas de bárbaros juramentos barrocos que me deslumbraban. Recuerdo aquellos rosarios de antaño en Moncayo, rudos, sin atildamiento ni melindre, casi sin pronunciación: sagrado barullo, avemarías en metralla. El beneficiado don José Luis, menudo, pardusco y arrugado como una pasa de Corinto, ensotanado pugnaba por abreviar, solapándolos, los Diostesalves de las mujeres que le daban réplica con sus ininteligibles roncos latigazos: Samaíamaedio, ¡Santa María, madre de Dios...! Yo, acompañando a mi madre, entre el banco y el reclinatorio jugando, niñamente meditabundo, ante un ritual asombroso que daba calor celestial al tiempo. Dios y la cruz eran tan obvios como el pan de la merienda. Uno se subía al autobús de línea o al tren o al auto y veía cómo, al arrancar el vehículo, la gente se signaba naturalmente y musitaba una plegaria. Al salir de casa, la señal de la cruz, y también, todavía entonces, muchos al pasar ante una iglesia que escondía el tabernáculo.

En la infancia no había impostación y tampoco en la señal de la cruz, que acompañaba las gradas del día, como los cordones a mis zapatos. En cualquier peldaño podía pegar signarse. El mundo andaba bien descompuesto, desgoznado y a la deriva, pero yo no tenía ni remota idea de eso, porque en mi alma todo estaba en su sitio. Mis padres, mi hermana, el universo todo venía transparente de las manos de Dios y mi universo no era ni piadoso ni meapilas: tenía un orden natural, claro e indiscutido.

Hoy, de vuelta a casa tras largo viaje, con intermedias etapas en variados medios de transporte y reposo en hosterías de diverso pelaje, traigo fresca una vez más la melancólica comprobación del exterminio del signo de la cruz entre mis contemporáneos. La lejana infancia me viene a la memoria.

Hace ya años que comía yo, mano a mano, con un declarado católico en un restaurante madrileño. Mi comensal me abroncó con rigor por signarme indisimuladamente mientras bendecía la mesa por lo bajini. Me comunicó que –magister dixit– un sacerdote de una ortodoxísima institución le había ilustrado que en público no se debía ni bendecir la mesa ni hacer la señal de la cruz. Vamos, que era una provocación y una ordinariez. Cada cual, interiormente, debía hacer como creyera oportuno, sin molestar ni incomodar al vecino. ¡Profiláctica religión!  

En los cuatro vuelos y dos trenes que he debido tomar en estos días, sólo he visto a una persona –aparte de mí mismo– trazar sobre sí la señal de la cruz en el trance de arrancar. Hace mucho tiempo que no veo las líneas de la cruz sobre los viandantes ante las iglesias, los cementerios, al salir de sus casas, ni tampoco entre los comensales en lugares públicos. Ocasiones, todas ellas, en las que ni quiero ni pienso dejar de hacer ese gesto sagrado (y elemental, como las cebollas de mi huerto). Y ante un peligro inminente y al comenzar la oración y en tantas otras ocasiones. Decisión que es en mí flor, fruto y ramaje de una semilla plantada con la fe infantil y no espíritu de contradicción frente al mundo, ni exhibicionismo ni decisión ascética. Como he aprendido a hacer, ni me exhibo ni me oculto.

El caso de la señal de la cruz, de su abolición pública y su reclusión al templo y a la intimidad, es revelador de una transformación de la menguada fe dentro de nuestra sociedad actual. Desde el arranque del cristianismo los secuaces de Cristo han dibujado con sus dedos los dos maderos de la cruz, sobre su frente y luego hasta su pecho. Más como el hierro objetivo y distintivo que marca al propio ganado que como devoción subjetiva. La teología de la señal de la cruz es opulenta de significado, pero me basta con recordar algunos detalles que atestiguan su importancia.

El valor espiritual –sacramental máximo, poderoso exorcismo siempre a la mano– y moral del gesto de formar una cruz sobre nosotros sigue inalterado. Pero hay también un valor que podríamos llamar "teológico" o hasta "kerigmático" de la señal de la cruz, por el que se proclaman sin enunciarlas las verdades trinitarias y de la Encarnación y la Redención, sintetizadas en dos líneas recorriendo nuestro cuerpo. La verdad inmarcesible sellando el cuerpo, vil o purificado, liberándolo de deformaciones obsesivas, abriendo una escotilla que nos evite medir nuestro progreso espiritual en función de nosotros, nosotros, nosotros. La verdad (la señal de la cruz es como unCredo gestual, comprimido, rescatador) precede y desborda nuestra insularidad subjetiva.

Un gesto pobre y gozoso, que rompe divagaciones y timbra siempre un inicio de esperanza, a cada paso de nuestra vida. 





La señal de la cruz es distintivo del cristianismo real, no del cristianismo personal de cada quien; va dulcemente moldeando el alma, en silencioso concierto con los demás humildes utensilios objetivos de la santidad cristiana, por el álveo de una senda que no hacemos nosotros al andar, sino que se nos muestra anticipada, más nuestra que nuestros pecados y nuestros cálculos.

La señal de la cruz es catequista paciente, gutta cavat lapidem, de nuestro cuerpo y de nuestra alma. Su humildad no es carencia, sino opulencia callada. Lleva en sí las procesiones de las tres divinas personas, su amor mutuo que se escenifica sobre nuestra piel, y si tuviéramos ojos angélicos podríamos ver la luz con que refulge cada vez que –rutinaria, deliberada, alegre o indiferentemente– la formamos sobre nuestra carne. La cruz signada sobre el cristiano es faro de simplicidad segura para nuestras complicadas especulaciones sobre la fe.

La señal de la cruz me conserva en la infancia en que mi madre sostenía mi torpe mano y trazaba conmigo y sobre mí la heroica divisa de Jesús. Yo hago lo mismo con mis pequeños, cada día, y ellos no saben que, cuando hago la señal de la cruz, soy tan pequeño como ellos: soy más su hermano que su padre.

Además está el valor –de la cruz, no nuestro– del testimonio, de la edificación de los restos de la ciudad cristiana. Hacer la señal de la cruz en público es una caridad para con nuestros semejantes, también. Es parte de su resplandor, de su energía y de su bálsamo, mostrándonos hermanos en la encrucijada. Y no olvidemos la semántica: testimonio, martirio.

En fin, ahora que tanto se cavila sobre evangelización nueva, me viene a las mientes la vieja señal de la cruz, querida compañera fiel. Cuando me llegue la suprema hora, no sé si tendré la dicha de gozarme en el recuerdo de la rectitud de mis obras. De lo que estoy seguro es de que las marcas de la cruz, que el tiempo ha labrado en mi pecho, me darán consuelo.

El brigante: http://www.elbrigante.com/2013/01/la-senal-de-la-cruz.html.


Leia mais aqui: http://precantur.blogspot.com/2011/05/o-sinal-da-cruz.html.



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sábado, 16 de março de 2013

Orações pelos Sacerdotes

Rezemos pelos sacerdotes




L’esprit de sacrifice, ô mon Dieu, versez-le dans sa plénitude sur vos prêtres. C’est leur gloire autant que leur devoir d’être des victimes, de se consumer pour les âmes, de vivre sans joies humaines, de subir souvent la méfiance, l’injustice et la persécution. Qu’ils songent à ce qu’ils disent chaque jour à l’autel : “Ceci est mon Sang”. Qu’ils y songent et qu’ils se l’appliquent : "Je ne suis plus moi, je suis Jésus et Jésus crucifié ; je suis comme le pain et le vin, une substance consacrée qui a cessé d’être elle-même".

O Mon Dieu, je brûle du désir de la sanctification de vos prêtres ; je voudrais que toutes ces mains consacrées qui Vous touchent fussent des mains amies dont le contact vous soit doux ; et que ces bouches qui prononcent à l’autel des paroles si sublimes ne se ravalent jamais aux formules triviales ! Qu’ils gardent dans toute leur personne l’habitude de leurs nobles fonctions. Que chacun les trouve simples et grands comme l’hostie, accessibles à tous et supérieurs aux autres hommes.

Faites qu’ils emportent de la Messe d’aujourd’hui la soif de la Messe de demain et que, pleins eux-mêmes de ce qu’ils donnent, ils aient la grâce de le communiquer largement aux autres.

Ainsi soit-il.

Petit Livre Bleu. Fonte.Visto em.

domingo, 23 de setembro de 2012

Novena ao Santo Anjo da Guarda

SANTO ANJO DA GUARDA
02 DE OUTUBRO

Novena em honra ao Santo Anjo da Guarda 

23 de setembro a 1º de outubro

EM INGLÊS

O Holy Angel, whom God, by the effect of His goodness and His tender regard for my spiritual welfare, has charged with the care of my conduct, and who assists me in all my wants and comforts me in all my afflictions, who supports me when I am discouraged and continually obtains for me new favours, I return thee profound thanks, and I earnestly beseech thee, O most amiable Protector, to continue thy charitable care and defence of me against the malignant attacks of all my enemies. Keep me away from all occasions of sin. Obtain for me the grace of listening attentively to thy holy inspirations and of faithfully putting them into practice. In particular, I implore thee to obtain for me the favour which I ask for by this novena.

[Here mention your need(s).]

Protect me in all the temptations and trials of this life, but more especially at the hour of my death, and do not leave me until thou hast conducted me into the Divine Presence of my Creator in the Mansions of everlasting happiness. Amen.

O most faithful companion, appointed by God to be my Guardian, and who never leaves my side, how shall I thank you for your faithfulness and love and for the benefits which you have obtained for me!

You watch over me when I sleep; you comfort me when I am sad; you avert the dangers that threaten me and warn me of those to come; you withdraw me from sin and inspire me to good; you exhort me to penance when I fall and reconcile me to God.

I beg you not to leave me. Comfort me in adversity, restrain me in prosperity, defend me in danger, and assist me in temptations, lest at any time I fall beneath them. Offer up in the sight of the Divine Majesty my prayers and petitions, and all my works of piety, and help me to persevere in grace until I come to everlasting life. Amen.

segunda-feira, 10 de setembro de 2012

Novena a Nossa Senhora de La Salette






de 10 a 18 de setembro

EM INGLÊS


Since Our Lady's apparition was on the nineteenth of September, the novena offered in her name is usually prayed on the eleventh to the nineteenth of each month. May Our Lady of La Salette guide you and God bless you.

This novena is based on the message of Our Lady of La Salette. Each day of the novena is divided into the following parts: 1) Scripture quote for reflection; 2) Words from the apparition dialogue of Mary at La Salette; 3) Meditation; 4) Prayer; 5) After mentioning your intention, pray the Lord's Prayer and the Hail Mary; 6) Closing prayer (La Salette invocation). This novena can be prayed alone or with others. To set the stage for praying this novena, you are invited to read the story and full dialogue of the apparition of Our Lady of La Salette.


The Nine Day Novena To Our Lady of LaSalette

segunda-feira, 3 de setembro de 2012

Novena ao Dulcíssimo e Santíssimo Nome de Maria Virgem

http://sacragaleria.blogspot.com.br/2014/08/santissimo-nome-de-maria.html

Dulcíssimo e Santíssimo Nome de Maria Virgem
12 de setembro
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de 3 a 11 de setembro 


EM INGLÊS

O Immaculate Mary, Virgin Most Powerful, I beseech thee, through that immense power which thou has received from the Eternal Father, obtain for me purity of heart, strength to overcome the enemies of my soul and the special favor which I implore in my present necessity (Here mention your request)
Mother most pure, forsake me not, despise not my prayer, and graciously hear me for God's glory, thy honor and the welfare of my soul.
Hail Mary.....

O Virgin Mary, my Mother, through that ineffable wisdom bestowed upon thee by the Incarnate Word of God, I humbly beseech thee, obtain for me meekness and  humility of heart, a perfect knowledge of the Divine Will, and strength to accomplish it always.  O Mary, Seat of Wisdom, as a tender Mother lead me on the path of Christian virtue and perfection.  Enlighten and enable me to do what is most pleasing to thy Beloved Son and to obtain my petition.
Hail Mary...

Pedido

"Aproveitemos o tempo para santificação nossa e dos nossos parentes e amigos. Solicitem orações, que estaremos rezando juntos, em união de orações aos Sagrados Corações."