CANTOS PARA LAS HORAS SANTAS
Altísimo Señor, que supiste juntar
a un tiempo en el altar ser Cordero y Pastor,
quisiera con fervor amar y recibir
a quien por mí quiso morir.
Cordero divinal por nuestro sumo bien,
inmolado en Salén, en tu puro raudal
de gracias celestial, lava mi corazón,
que el fiel te rinde adoración.
Suavísimo maná, que sabe a dulce miel,
ven y del mundo vil nada me gustará.
Ven y se trocará del destierro cruel
con tu dulzura la amarga hiel.
Bendito, bendito sea Dios (2)
Bendito, bendito
bendito sea Dios,
los Ángeles cantan
y alaban a Dios.
Yo creo, Jesús mío que estás en el altar,
oculto en la hostia te vengo a adorar (2).
Espero Jesús mío, en tu suma bondad,
poder recibirte con fe y caridad (2).
Por el amor al hombre moriste en una cruz,
y al cáliz bajaste por nuestra salud (2).
Entre sus ovejas está el Buen Pastor,
en vela continua lo tiene en amor (2).
Como el Ciervo (3)
Como el ciervo al agua va
vamos hacia ti, Señor,
pues de ti tenemos sed, fuente del eterno amor.
Caminamos hacia ti
con alegres cánticos:
hoy venimos a tu altar,
para amarte más, Señor.
Quién escucha mi gemir
dice: ¿dónde está tu Dios?
El Señor se encuentra aquí,
en la voz de júbilo.
Ya mi llanto ha de cesar:
El Señor es Salvador,
cuando tenga que sufrir
en ti pensaré, Señor.
Cantemos al amor de los amores (4)
Cantemos al Amor de los amores,
cantemos al Señor.
¡Dios está aquí!;
venid, adoradores, adoremos
a Cristo Redentor.
Gloria a Cristo Jesús;
cielos y tierra, bendecid al Señor;
honor y gloria a ti, Rey de la gloria.
Amor por siempre a ti, Dios del amor.
Por nuestro amor oculta en el Sagrario
su gloria y esplendor,
para nuestro bien
se queda en el santuario esperando
a justo y pecador.
¡Oh gran prodigio del amor divino!
¡Milagro sin igual!
Prenda de amistad, banquete peregrino
do se come al Cordero celestial.
Jesús potente, Rey de las victorias,
¡a ti loor sin fin!
Canten tu poder
autor de nuestras glorias, cielo y tierra
hasta el último confín!
En Jesús puse toda mi esperanza (5)
En Jesús puse toda mi esperanza,
Él se inclinó hacia mí,
y escuchó mi clamor,
y escuchó mi clamor.
Me saco de la fosa fatal,
del fango cenagoso;
asentó mis pies sobre la roca,
mis pasos consolidó.
Puso en mi boca un canto nuevo,
una alabanza a nuestro Dios:
muchos verán y creerán,
y en Jesús confiarán.
En ti se gocen y se alegren
todos los que te buscan;
repitan sin cesar:
¡Qué grande es nuestro Dios!
Mi Jesús sacramentado (6)
Mi Jesús sacramentado,
yo te adoro y te bendigo,
porque oculto en el sagrario,
has querido estar conmigo (2).
Jesús Hostia inmaculada,
inmolada por bien mío,
que mi alma sea tu morada,
amantísimo Dios mío (2).
Tú eres mi Jesús amado,
el esposo prometido,
de las almas el deseado,
eres mi Jesús querido (2).
Eres tú la flor del campo,
lirio hermoso de los valles,
y de mi alma dulce encanto,
mi Jesús Tú bien lo sabes (2).
Oh buen Jesús (7)
¡Oh buen Jesús!, yo creo firmemente,
que por mi amor estás en el altar;
que das tu Cuerpo y Sangre juntamente,
al alma fiel en celestial manjar (2).
Espero en ti, piadoso Jesús mío,
oigo tu voz que dice: "ven a mí".
Porque eres fiel, por eso en ti confío,
todo, Señor, lo espero yo de Ti (2).
¡Oh buen pastor, amable y fino amante!
Mi corazón se abrasa en santo amor.
Si te olvidé, hoy juro que constante,
he de vivir tan sólo de tu amor (2).
Indigno soy, confieso avergonzado,
de recibir la santa comunión.
Jesús, que ves mi nada y mi pecado,
prepara Tú mi pobre corazón (2).
Dulce maná y celestial comida,
gozo y salud del que te come bien;
ven sin tardar, mi Dios, mi Luz, mi Vida;
desciende a mí, hasta mi alma ven.
Que viva mi Cristo (8)
Que viva mi Cristo, que viva mi Rey.
que impere doquiera triunfante su ley.
Viva Cristo Rey, Viva Cristo Rey.
Mexicanos un Padre tenemos,
que nos dio de la patria la unión.
A ese Padre gozosos cantemos,
empuñando con fe su pendón.
Demos gracias al Padre que ha hecho
que tengamos de herencia la luz
y al darnos vida en el Reino
que su Hijo nos dio por la cruz.
Dios le dio el poder, la victoria.
Pueblos todos, venid y alabad
a este Rey de los cielos y tierra,
en quien sólo tenemos la paz.
Rey eterno, Rey universal,
en quien todo ya se restauró,
te rogamos que todos los pueblos
sean unidos en un solo amor.
Señor, ¿a quién iremos? (9)
Señor, ¿a quién iremos?
Tú tienes palabras de vida.
Nosotros hemos creído
que Tú eres el Hijo de Dios.
Soy el pan que os da la vida eterna:
el que viene a mí no tendrá hambre,
el que viene a mí no tendrá sed:
así ha hablado Jesús.
No busquéis el alimento que perece,
sino aquel que perdura eternamente;
el que ofrece el Hijo del hombre,
que el Padre os ha enviado.
Pues si yo he bajado del cielo,
no es para hacer mi voluntad,
sino la voluntad de mi Padre,
que es dar al mundo la vida.
El que viene al banquete de mi cuerpo,
en mí vive y yo vivo en él;
brotará en él la vida eterna,
y yo lo resucitaré.
Soy el pan vivo que del cielo baja;
el que come de este pan por siempre vive.
Pues el pan que daré es mi carne,
que da la vida al mundo.
El que viene al banquete de mi cuerpo
en mi vive y yo vivo en él.
Brotará en él la vida eterna,
y yo lo resucitaré.
Tú reinarás (10)
Tú reinarás, este es el grito,
que ardiente exhala nuestra fe.
Tú reinarás, oh Rey bendito,
pues Tú dijiste: reinaré.
Reine Jesús por siempre,
reine su corazón;
en nuestra patria, en nuestro suelo,
es de María la nación (2).
Tú reinarás, dulce esperanza
que al alma llena de placer;
habrá por fin paz y bonanza,
felicidad habrá doquier.
Tú reinarás, dichosa era,
dichoso pueblo con tal Rey;
será tu cruz nuestra bandera,
tu amor será la nuestra ley.
Tú reinarás en este suelo,
te prometemos nuestro amor;
oh buen Jesús, danos consuelo,
en este valle de dolor.
Tú reinarás, reina ya ahora
en esta casa y población;
ten compasión del que te implora
y acude a ti en la aflicción.
Tú reinarás toda la vida
trabajaremos con gran fe,
en realizar y ver cumplida
tu gran promesa: ¡Reinaré!
Yo soy el pan de vida (11)
Yo soy el pan de vida.
El que venga a mí no tendrá hambre,
el que crea en mí no tendrá sed.
Nadie viene a mí, si mi Padre no lo llama.
Yo lo resucitaré, yo lo resucitaré,
yo lo resucitaré en el día final.
El pan que yo daré,
Es mi carne por la vida del mundo;
el que coma de este pan,
tendrá vida eterna, tendrá vida eterna.
Sí tú no comes
la carne del Hijo del hombre
y bebes de su sangre,
y bebes de su sangre, no tendrás vida en ti.
Yo soy la resurrección,
Yo soy la vida;
el que crea en mi,
aunque muriera, tendrá vida eterna.
Si Señor, yo creo
que tú eres el Cristo,
el Hijo de Dios,
que vino al mundo para salvarnos.
Pueblo de Reyes (12)
Pueblo de reyes, asamblea santa,
pueblo sacerdotal: pueblo de Dios, bendice a tu Señor.
Te cantamos Jesús, Hijo amado del Padre,
te alabamos, eterna Palabra salida de Dios.
Te cantamos Jesús, que naciste de María,
te alabamos a Ti, nuestro hermano, nuestro Salvador.
Te cantamos a Ti, Esplendor de la gloria,
te alabamos, Estrella radiante que anuncias el día.
Te cantamos Jesús, Luz eterna de Dios,
te alabamos, Antorcha de la Nueva Jerusalén.
Te cantamos, Mesías que anunciaron los profetas,
te alabamos a Ti, el esperado del pueblo de Israel.
Te cantamos Mesías esperado por los pobres,
te alabamos Jesús, nuestro Rey de humilde corazón.
Te cantamos, Mediador entre Dios y los hombres,
te alabamos, Camino de vida, Puerta del Cielo.
Te cantamos, Sacerdote de la Nueva Alianza,
te alabamos, Tú eres nuestra paz por la Sangre de la Cruz.
Te cantamos, Cordero de la Pascua eterna,
te alabamos, Cordero inmolado por nuestros pecados.
Te cantamos, Jesús, Templo de la Nueva Alianza,
te alabamos a Ti, Piedra básica del Templo de Dios.
Te cantamos, Pastor que nos conduces al Reino,
te alabamos, reúne a tus ovejas en un solo redil.
Te cantamos, Jesús, Manantial de la gracia,
Pescador de hombres (13)
Tú, has venido a la orilla,
no has buscado, ni a sabios ni a ricos
tan sólo quieres que yo te siga.
Señor, me has mirado a los ojos,
sonriendo has dicho mi nombre,
en la arena, he dejado mi barca,
junto a ti buscaré otro mar.
Tú, sabes bien lo que tengo,
en mi barca no hay oro ni espadas,
tan sólo redes y mi trabajo.
Tú necesitas mis manos,
mi cansancio que a otros descanse
amor que quiera seguir amando.
Tú pescador de otros lagos,
ansia eterna de hombres que esperan,
amigo bueno que así me llamas.
Espíritu Santo ven, ven (14)
Espíritu Santo ven ven,
Espíritu Santo ven ven,
Espíritu Santo ven ven,
En el nombre del Señor.
Espíritu Santo ven ven,
Espíritu Santo ven ven,
Espíritu Santo ven ven,
En el nombre del Señor.
Acompáñame iluminame,
toda la vida.
Acompáñame iluminame,
Espíritu Santo, ven ven.
Alcemos los brazos al cielo
Alcemos los brazos al cielo
Y démosle a Dios
su paz su gracia y su perdón
Y démosle a Dios
su paz su gracia y su perdón.
Espíritu Santo ven ven,
Espíritu Santo ven ven,
Espíritu Santo ven ven,
En el nombre del Señor.